Estar en Medellin, despues de 1 año y medio ha sido hasta el momento muy gratificante: familia, amigos, arepas, empanadas y aguardiente, algo que sin duda extrañaba. Me encuentro con la misma ciudad en construcción que deje, algunas obras nuevas y otras aún por terminar. Con la sonrisa amable y la alegria de mis amistadas, muchas de las cuales no se veian desde mi partida, con algo diferente pero que siguen siendo las mismas. Me refiero a que me encuentro con la misma familia llena de energia, humor y cariño. Es delicioso recuperar esa familiaridad que se gana al vivir por más de 20 años en el mismo lugar y tener las mismas amistades por casi el mismo tiempo, familiaridad que es una de las cosas que mas extraño estando en Portland, pero es también bueno, descubrir quen apesar de haberla recuperado ciento que extraño a Portland y que puedo respirar más tranquila por vivir alli, tan lejos de Medellín, lejos del nido, tan lejos de la arepa, la empanada y del aguardiente.