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Mostrando entradas de 2016

What we started a drunken night out

At Casa Kiwi Medellin with Diana. May 2007  I met Justin in Medellin in May 2007, while he was traveling around Colombia before moving to D.C to attend school. He visited Bogotá and the coffee country before arriving in Medellin, where he stayed at a hostel where one of my best friends, and occasional I, used to work. While I waited for my friend to finish her shift before going out, I saw him first and everything about him grabbed my attention. I remember asking my friend who he was but she was in a bad mood and wanted only to go out and dance the day off. I was glad when I saw him again at the bar I was dancing with friends. Yes, he was good looking and a good dancer but there was something else that made my eyes glued onto him. It was kind of embarrassing— it’s not the Latina seductive style to stare— but I couldn’t stop. Anyway, I’m not really a shy person so, in the end, it didn’t matter that much. Eventually, we found ourselves dancing with each other, pretended to talk and k

La ilusión de la Paz me hace feliz y no lo puedo negar.

El pasado jueves 23 de junio del 2016 fue un día histórico para Colombia y la historia del conflicto armado interno. Después de 4 años de negociaciones—52 en Guerra— el gobierno Colombiano y las FARC, en la Habana, Cuba, firmaron los puntos del acuerdo que busca el fin del conflicto armado entre las partes y llegar finalmetne a la paz . A lgo que no creí sería testiga en vida.  Aunque esta noticia no significa el punto final de la violecia y del conflicto en Colombia o entre las partes inmediatamente, si es un hecho que vale la pena celebrar. Sorprendentemente para muchos esto p aso de largo y no es más que otra ofensa de los guerrilleros ; una farsa de Santos ; un ataque a la gente de bien. Es una paz "arrodillada", el anunci o del “Castro-Chavismo” que viene y le hacen campaña al NO y hablan de resistencia civil .  Yo no. Yo desde el 23 de junio, aunque un poco intranquila por ver reacciones negativas entre familiares y amigos, no he podido dejar de sonreí

Visitante en tu propia casa

Esquina en el Parque del Poblado. Medellín En la maleta se empacaron las expectativas de regresar a casa. Antes del viaje la memoria trae las imágenes  de los lugares familiares tan amados y conocidos. No ha pasado mucho tiempo,— dos o tres años quizás—,  y sin embargo el aroma, las texturas y las emociones  han alcanzado el estado de casi idolatría. Cada vez que se achica la cuenta regresiva se añoran más y más el reconenctarse con esos sabores y olores arraigados al alma. La memoria comienzan a recorre calles, bares, casas, parques y restaurante en los que se crearon y nacieron historias ¡No ves la hora ve ir a casa! Te montas en el avión y durante las más de 18 horas de vuelo continuas haciendo planes en tu mente "¡Que rico! voy comer papita criolla, granadilla, empanadas.....Ahhh no veo la hora de tomarme una cervecita en el parque... Que bien sentarme a leer en la ventana de la casa de mis papás...". Estas volviendo a casa, a tu tierra, y aunque no sea para q

Ser mujer: un inevitablemente riesgoso destino

En el 2006 mi amiga Caro y yo viajamos juntas por Israel y Egipto. Juntas empacabamos maletas, viajamos por horas y nos aventurabamos a tierras, no solo lejanas, si no de idiomas y tradiciones ajenas a las nuestras. Juntas recorrimos pueblos y ciudades— de esas que escuchábamos en las misas del colegio los miércoles o veíamos en las siempre repetidas películas de la semana santa—, en las que nos hospedábamos en casas de amigos de amigos, hoteles que salían en libros, que algún "conocido" había recomendado o encontrabamos en Internet.  Caro y yo, así como imagino Mariana y Maria José, las mochileras argentinas, emprendimos ese viaje, a pesar de algunas reservas de familiares y amigos, para conocer lo diferente, aprender de otros, y saborear el mundo. Viajabamos para crecer, para ser. Siempre me ha dolido aceptar la realidad de que las dos volvimos sanas y salvas por "debuenas*" porque esas reservas de familiares, amigos y hasta propias, están arraigadas en la