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Releyendo y transcribiendo la vida

En julio de este año una amiga me invitó a participar en el mundial de escritura, invitación que acepté halagada y que me llevó a sacar este blog de su hibernación en casi ya 4 años. Enfrentarme a una meta diaria por un periodo de tiempo no fue una novedad este año, al parecer la pandemia me ha llevado a trabajar en mi constancia. En marzo, cuando todo apenas comenzaba, una prima me invitó a realizar 21 días de meditación. Fue el primer reto de estos que había aceptado creo que en la vida, pero prendió la chispa que meses después me encontraría día a día a la pantalla del computador y a un teclado siendo golpeado. 

En septiembre fui yo quien decidió ponerme un reto y me propuse hacer ejercicio por 21 días seguidos. Ahora estoy feliz de haberlo hecho y debo de decir que me siento mucho mejor y no por el cliché, muy cierto, de que ejercitarte mejora el ánimo, si no pues logré terminar algo absurdo que me propuse en estas épocas en las que dan ganas de empezar o terminar nada. Estos pequeños logros me han ayudado a tener un sentido o propósito diferente al de ser mamá, estudiante y persona sobreviviendo la pandemia de Covid_19, que en sí mismo ya son muchas cosas que hacer, muchos sombreros por llevar. 

Ahora que llega octubre he pensado en retomar uno de los proyectos que me planteé para este años, por allá en enero cuando todo parecía normal, y es el de escribir sobre mi, sobre mi vida. Ya llevaba varias semanas transcritas de uno de los diarios que llené en los primeros meses de viudez cuando llegó la primera cuarentena y todo aquello se enredó en cosas dejadas a medio hacer. Luego, una tarde hace un par de meses encontré otro diario que había dejado olvidado y me sorprendió al releer que me tomó 10 años concluirlo, y que en él están todas mis reacciones a lo que pasó del 2006 al 2016, y fueron tantas cosas, tantos corazones rotos, lágrimas y despedidas. 

A veces pienso que a la gente no le interesaría leer sobre mi vida, pero después pienso en lo mucho que disfruto leer sobre gente con vidas como la mía, llenas de normalidad y caos a la vez, de felicidad y tragedia. Me encuentro entonces en una bifurcación: el tomar el camino y revivir la década que me llevó de Israel a Estados Unidos, que me vio decir adiós a dos amores y me convertí en verdad en una adulta; O tomar un año de reconstrucción de vida luego de decir adiós a un amor. Y cómo no sé qué hacer he pensado en poner esto en las manos de usted, señor lector, que se interesa en leer lo que escribo y de quién quisiera saber que le interesaría leer ¿será que me lo dejan saber en un comentario?


Comentarios

  1. Me gustaria leer lo que escribes, claro que si! Tienes mucho para dar y compartir de tu vida y escribir es una de esas maneras de darlo a conocer. Animo

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